Vuelta a Taiwán en scooter

Si en Taiwán el número de coches no se queda atrás, los scooters se cuentan por millares. La importación de motos de más de 150 centímetros cúbicos fue prohibida por las autoridades en 2002, así que los vehículos motorizados de dos ruedas están « principalmente compuestos por scooters desde 90 hasta 125cc », nota la JAMA, asociación japonesa de fabricantes de automóviles.

Este medio de transporte privilegiado contribuye a poner las diferentes clases sociales al mismo nivel : sea cual sea su edad o su sueldo, cada taiwanés posee o tiene acceso a un scooter. Espacios enteros les están dedicados : la idea consiste en « separar el flujo de los dos ruedas del de los automóviles, mejorando así la seguridad vial », nota la JAMA. Se encuentran en las principales metrópolis de la isla en donde se crean vías especialmente reservadas, como lo ilustra el puente de Taipéi.

Otros dispositivos muy frecuentes como las cajas automáticas o los aparcamientos reservados para los dos ruedas, demuestran su lugar en la vida cotidiana de los taiwaneses. En la ciudad de Kaohsiung se contabilizan efectivamente más de 12.000 plazas de estacionamiento gratuitos, delimitadas por líneas blancas para cada moto. Por lo tanto, estas últimas se encuentran no solo en la carretera, sino también y sobre todo en medio de las aceras.

El mercado del scooter es efervescente y se inventan sin cesar nuevos productos derivados. Mientras que las agencias automovilísticas son bastante escasas, se pueden encontrar tiendas de scooters a la vuelta de cada esquina, incluso todos los accesorios, cascos, etc. Se innova incluso hasta en transformar los colores y las formas de los semáforos para seguir mejor las tendencias de moda y jugar la carta de la originalidad.

La polución del aire en Taiwán es una de las cuestiones más problemáticas en Kaohsiung. La ciudad cuenta con un poco más de 2,7 millones de habitantes y se ubica sin embargo al mismo nivel que París en materia de calidad del aire. No obstante, la capital francesa la supera ampliamente en número de habitantes y medios de transportes : allí la tasa de polución alcanza hasta 87,44 PM (Particulate Matter o partículas en suspensión).

Maxime Calot, estudiante en movilidad en la National Sun Yat-Sen University de Kaohsiung, explica : « En Kaohsiung, dada la red aún incipiente del MRT (ndlr : el metro) que tiene actualmente solo dos líneas, la mayoría de los estudiantes se desplazan en scooter. Para nosotros es un medio de transporte muy práctico, rápido y económico : un tanque lleno cuesta 3€, y nos dura una semana. Pero es muy contaminante ,lo cual se percibe inmediatamente al olfato cuando se para en los semáforos en los carriles exclusivos para scooters : el aire es difícilmente respirable. De hecho, el calor y la humedad empeoran el problema. (…) Mientras tanto, la máscara de papel para la cara sigue siendo la solución favorita de los taiwaneses, pero no de los estudiantes extranjeros todavía, probablemente demasiados acostumbrados al estilo de vida occidental donde llevar máscara de este tipo es raro. » Otro testimonio, el del director general de la protección del medio ambiante de Kaohsiung, Sr. Tsan-Yan Tzou, quién explica que casi un cuarto de los conductores de scooter aquí utilizan productos químicos para ir más rápido y, por tanto, se acaba de aprobar una ley para impedir esta práctica.

Todos los scooters generan partículas finas y gases tóxicos. Eso se traduce en un espeso smog que cubre la ciudad y es extremadamente tóxico para la salud de los habitantes. Se están aplicando iniciativas para conservar este sistema de transporte, reduciendo a la vez sus impactos. El scooter eléctrico, del cual un modelo prometedor, es el Gogoro, fue presentado unos días atrás en el Computex 2015 de Taipei y encarna probablemente una solución en el futuro. Desde esta perspectiva, la KentFa Advanced Technology instaló unas sesenta estaciones de carga eléctrica en Taiwán para incitar el uso de vehículos eléctricos en vez del gasóleo.

Las condiciones de conducción son mucho menos estrictas que en Europa : los otros vehículos se adaptan al ritmo de los scooters estruendosos, reparados con cinta adhesiva o personalizados con famosos. Se dobla por la izquierda, la derecha, haciéndose eco del sistema de conducción estadounidense, muy distinto del sistema francés donde todo está regido « por la derecha ». Que sea prioridad de paso o adelantamiento, aquí, es el carril en el que se entra que prima. Es, por cierto, muy frecuente ver a usuarios arrancar cuando el semáforo aún está en rojo. Familias enteras pueden desplazarse en el mismo vehículo, o llevar a mascotas como perros, totalmente quietos. La libertad es casi total para los scooters, pero lejos de dar paso a una anarquía : es una orden específica que la que se está estableciendo.

Esta efervescencia tiene su precio: aparte de exponerse a riesgos de contaminación, los scooters son una causa importante de mortalidad en Taiwán. En 2014, se cuentan 273.349 accidentes por toda la isla. Estos son ampliamente publicitados y forman parte de la cultura del suceso local. Se pueden ver con regularidad reconstrucciones detalladas de accidentes de scooters en los telediarios. La CNA (agencia central de noticias de Taiwán) señala que entre enero y julio de 2014, 141 personas fallecieron en Kaohsiung en un accidente de tráfico o dentro de las 24 horas siguientes al accidente.

El scooter es extremadamente contaminante. El desafío sigue siendo preservar el deseo de emancipación de la juventud gracias a este vehículo, sin por ello descuidar el medio ambiente. La situación es compleja porque la máquina suscita polémica entre sus miles de usuarios y los ecologistas quienes establecen balances climáticos cada vez más alarmantes. Tampoco es insuperable porque Taiwán sigue siendo antes que nada un país desarrollado, en el cual numerosas iniciativas ya se han puesto en marcha. Alquiler de bicicletas en autoservicio, tranvías y metros modernos todavía tienen todo por demostrar. Kaohsiung y su alcaldesa, Kiku Chen, lideran de hecho Asia en términos de ordenamiento ecológico.