Crédito a Anaïs Audibert y Simon Druart
Hoy en día, la vida de los detenidos LGBT en los penitenciarios turcos parece un calvario. Estas personas sufren de violencias físicas y psicológicas en muchos casos, además de un acoso permanente por parte de los demos detenidos o de los funcionarios de prisión. Muchas veces, estas personas acaban en una celda de aislamiento, después de obtener un certificado médico expedido por un psiquiatra u otro médico, que testifican de una enfermedad mental o física, lo que no les permite estar detenidos en las mismas condiciones que los otros.
Un fallo del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos
En 2012, el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos declaré a Turquía culpable de discriminación por su política de aislamiento de los LGBT en las cárceles. Esta decisión obligó al Ministerio de la Justicia a tomar en cuenta la problemática de manera más seria. Pero la solución que adoptó es un poco original: decidieron construir una cárcel especial, exclusivamente dedicada a los LGBT. “Su argumento es proteger de una mejor manera a los detenidos LGBT. Actualmente, los LGBT se quejan porque no pueden usar todos los servicios de la prisión, ya que son separados de los otros por su seguridad’, nos confía un voluntario del periódico LGBTI News Turkey. Cuando esté construida, la prisión acogerá a todas las personas lesbianas, gay, bi y trans encarceladas en todo el territorio turco.
La “cárcel rosa”
La elección del gobierno hizo surgir muchas críticas por parte de las asociaciones de defensa de los derechos de los homosexuales. Denuncian una política discriminatoria que aplaza el problema, y se oponen a la separación de hecho de las personas LGBT, cuyo riesgo es la legitimación y una mayor institucionalización de las discriminaciones. “Esto traduce muy bien la incapacidad del gobierno para ir a la raíz del problema de discriminación en Turquía. Es más difícil cambiar la homofobia y la transfobia extendida a través de toda la sociedad que construir una cárcel”, nos explica nuestro voluntario, bajo el nombre de Zeynep, de LGBTI News Turkey.
Además, las asociaciones denuncian muchos problemas vinculados a estos futuros encarcelamientos. Las personas encarceladas en Izmir verán su orientación sexual expuesta al mundo entero. Hoy, muchos homosexuales prefieren que no se sepa su orientación, porque la sociedad sigue siendo muy homofóbica. Este coming-out forzado conlleva el problema de las posibilidades de reinserción al salir de la prisión de Izmir. De hecho, será más difícil encontrar trabajo y volver a tener una vida social y familiar. El encarcelamiento también tiene problemas prácticos. Las familias tendrían que ir hasta Izmir para las visitas. Las personas LGBT ya no tendrían cárcel de región.
Las malas condiciones de las prisiones turcas y una homofobia generalizada
Al final, la construcción de esta cárcel rosa conlleva una cuestión más general sobre las condiciones de encarcelamiento y sobre el ambiente homofóbico en Turquía. De hecho, esta homofobia no solamente se aplica a los centros de detención, sino también a toda la sociedad. En prisión, está peor por las condiciones materiales precarias y por la falta de formación de los funcionarios de prisión sobre la problemática LGBT.
A pesar de esto, la noticia suscita poco interés en Turquía. Por eso, la decisión de construir esta cárcel no tuvo muchos comentarios en la prensa turca. Los debates se limitaron a algunos grupos de la sociedad civil y a los medios de la oposición. “Los comentarios se limitaron a algunos grupos LGBT y de defensa de los derechos en las instituciones judiciales. Los medios, que no son pro-gobierno, hablaron un poco de este tema. Nosotros (las asociaciones NDLR) hacemos un esfuerzo para intentar promover la problemática”.
De manera general, es a toda la sociedad turca a la que se tendría que educar sobre los LGBT y la lucha contra las discriminaciones. En ese sentido, aunque la situación evolucione lentamente, parece que hay cosas positivas. Nuestro voluntario de LGBTI News Turkey nos confirma: “Aunque todavía hay discriminación y asesinatos vinculados a la orientación sexual y a la identidad de género, hay puntos que se mejoran. Se toman decisiones de justicia a favor de los LGBT y los debates con los políticos o las municipalidades son cada vez más frecuentes”. Estas palabras ofrecen esperanza para el futuro de las poblaciones LGBT del siglo XX en Turquía.