Se acabó la brujería en Tanzania

Arthur Vernassière, traducido por María Alejandra Paixão
17 Mars 2015



En Tanzania, los “brujos” persiguen a los albinos desde hace varios años, considerando que éstos poseen virtudes psíquicas. El gobierno tanzano prohibió la brujería para frenar los asesinatos y el tráfico de órganos de esta comunidad.


Crédito DR
Crédito DR
La ONU revela cifras agobiantes. Desde el año 2000, más de 70 albinos han sido asesinados en Tanzania. Esta cifra es aún más impactante cuando se sabe que es una comunidad bastante minoritaria en el país. El albinismo es una condición genética cuya particularidad es la ausencia de pigmento en la piel, y la cual solo afecta a ciertas personas. Por lo tanto, la medida del gobierno de prohibir la brujería ha tenido una recepción especialmente buena, ya que es la primera causa de muerte en la comunidad albina. Los brujos consideran que estas personas, “diferentes” por su apariencia física, poseen poderes sobrenaturales. Consideran que sus órganos cuentan con capacidades psíquicas, las cuales – creen – podrían traer felicidad y prosperidad a todo aquél en su posesión. Imagen similar a la de los cuernos del rinoceronte, considerados por algunos chinos como símbolo de buena suerte.

La plaga es grande y debido a la gran demanda, la caza furtiva aumenta. En Tanzania, el problema es totalmente similar. Los brujos reclutan a las jóvenes generaciones, enseñándoles acerca de los albinos y su supuesta posesión de poderes extraordinarios. De tal manera, el tráfico perdura. 

Una fuerte voluntad del gobierno

“Queremos acabar con los asesinatos de albinos”, indicó formalmente el ministro tanzano del Interior, Mathias Chikawe. Implícitamente, prohibir la brujería sería encauzar los asesinatos albinos, ya que al no causar este tipo de exacciones, no habría un problema en particular. Consecuentemente, el gobierno decidió actuar para poner fin a este movimiento dramático para el país. Y para poder hacerlo, también desea instaurar una extensa operación de comunicación a través todo el país, cuyo objetivo es advertir a la población que el albinismo no oculta ningún tipo de atributo psíquico, y que esta condición no es más que genética. La comunicación debe ser efectiva en gran parte para eliminar cualquier falsa idea ya regada por los curanderos. “Estamos en contra de aquellos que engañan a la población, diciéndoles que se enriquecerán como por arte de magia. Estamos en contra de los charlatanes y los distribuidores de talismanes”, comentó el ministro.

Pendo, niña albina de 4 años de edad, fue secuestrada por hombres armados con machetes el 27 de diciembre de 2004. Hoy en día sigue desaparecida, y se estima que los autores del crimen eran “brujos”. Quince personas fueron arrestadas, entre ellas el padre de la niña, y se ofrece una recompensa a todo aquel que la encuentre. Este caso sensibilizó a las autoridades, y el gobierno aceleró el proceso para poder prohibir la brujería. Sin embargo, debido al lobby de estos “brujos” a nivel político, fue una decisión que tomó su tiempo en ser instaurada. Muchas veces, los políticos se aprovechan del apoyo de la población para ser elegidos.

765 mujeres asesinadas en el 2013

Otra plaga que también nace de las creencias y supersticiones del país es la masacre de mujeres llamadas “brujas”. Según estimaciones locales, 765 mujeres habrían sido asesinadas, todas por sus supuestos poderes sobrenaturales. Una cifra muy imprecisa, la cual podría fácilmente aumentar. Como lo relata Paul Mikongoti, miembro de la ONG Centro Jurídico de los Derechos Humanos, “esta enorme cantidad de personas asesinadas no tiene en cuenta sino los casos señalados”. En Tanzania, más del 90% de la población cree en magia. Al asesinarlas, los criminales les hacen creer a las mujeres que son brujas, capaces de hechizar a los animales. También retienen el criterio de tener los “ojos inyectados de sangre”. La ciencia nos deja saber que en zonas rurales, las personas de la tercera edad  poseen un trazo genético de sangre inyectada en los ojos, lo cual explica porque son las víctimas más comunes de los asesinatos de las dichas “brujas”. Y en Tanzania, ser una bruja no significa más que ser cazada y perseguida hasta la muerte. Los asesinatos son sumamente violentos y las agresiones van desde quemaduras hasta otro tipo de mutilaciones.

Un tráfico lucrativo

Lo más difícil para las autoridades es lidiar con toda la “economía” ligada a este tráfico. Como con la droga o los animales, el tráfico de órganos de albinos acarrea importantes sumas de dinero para los vendedores. Fueron reveladas cifras trágicas. Los curanderos compran un órgano por cerca de 600 dólares, mientras que la totalidad del cuerpo de la víctima se vende en aproximadamente 60 000 dólares. Estos datos siembran el miedo, ya que muestran que se trata de un tráfico organizado y existente desde hace bastante tiempo. Por lo tanto, y gracias a esta ley, las autoridades lanzaron hostilidades hacia este tipo de comercio. Pero aún queda bastante trabajo para acabar por completo con esta actividad, poco conocida y sin embargo muy grave.
 

Notez