Oro negro de Daech

Léo Kabouche, Traducido por Aino Lehtonen
12 Février 2016



Aunque el 18 de noviembre pasado Vladimir Putin anunció la puesta en práctica de una comisión especial dedicada a luchar contra el financiamiento del terrorismo, el Estado Islámico (EI) sigue aprovechando su abundante maná petrolífero. Cada día, Daech (acrónimo árabe del EI) saca provecho del “oro negro” que explota en las tierras conquistadas en Irak y en Siria. Estas zonas representan un desafío esencial para la coalición internacional en el combate contra el califato.


Crédito DR
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Fundado en 2006 por el yihadista jordano Abu Mussab al-Zarqaui, “el monstruoso Estado Islámico” controla hoy en día una cantidad de territorios sirios e iraquís. La revista Forbes ha colocado al líder del monstro, el califa autoproclamado Abu Omar al-Baghdadi, en la plaza 57 de la clasificación de las personas más poderosas del mundo en 2015. El Estado Islámico hizo brecha a nivel mundial el 10 de junio de 2014, tras la toma simbólica de la ciudad de Mossul (Irak), y acaba de cometer en menos de un año dos ataques a gran escala en el territorio francés. Ya tiene dos años que la organización terrorista prospera entre las ruinas de dos Estados desmenuzables, aprovechando plenamente sus recursos. 

Según un informe publicado por Jean-Charles Brisard, experto en terrorismo internacional, un 82% de las rentas financieras del Estado Islámico provienen directamente de los recursos que tiene a su disposición. Este porcentaje comprende un 38% de ingresos financieros de Daech generados por la venta de petróleo en el mercado negro. En efecto, la organización logró muy rápidamente alcanzar la condición de financiarse con sus propios medios tras la conquista de los campos petrolíferos en Siria y en Irak, entre los que se pueden enumerar sitios importantes como Al-Omar, Raqqa y Deir Ezzor. A diferencia del Al Qaeda que sobrevivía económicamente gracias a donaciones privadas, locales o internacionales junto a los rescates obtenidos mediante la toma de rehenes, el Estado Islámico finanza él mismo “su cruzada” de Oriente Próximo y Europa. 

Ingresos importantes

Los yihadistas controlan una veintena de pozos en Irak y en Siria, lo que corresponde a un 10% de la producción iraquí y un 60% de la producción siria. Se estima que la explotación petrolífera genera entre 500 000 y 1 millón de euros al día, y una amplia investigación publicada por Financial Times alega que Daech produce entre 34 000 y 40 000 barriles de petróleo crudo por día. Vendido por debajo de los precios en el mercado – entre 15 y 40 dólares por barril según su calidad – el petróleo se exporta hacia los países que tradicionalmente son clientes de Irak, ciertos de los cuales forman parte de la Unión Europea. En el mes de septiembre de 2014, en el anuncio que suscitó un gran revuelo, Jana Hybaskova, embajadora de la Unión Europea en Irak, afirmó que “ciertos estados miembros de la UE están comprando petróleo de Daech”.

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Tal como lo destaca Derek El-Zein, profesor en la Universidad París Descartes y experto en relaciones internacionales, “el funcionamiento opaco del mercado de petróleo permite este tipo de operaciones, más aun teniendo en cuenta que permite a los actores implicados en la venta del petróleo gris conseguir márgenes sustanciales”. Así, redunda en provecho de todos no acabar con las exportaciones de petróleo del Estado Islámico.

El doble juego turco sirio

Esta situación es posible gracias al laxismo turco que se hace de la vista gorda ante el lucrativo tráfico que se desarrolla en sus fronteras. “Los suministros de los países clientes de Irak pasaban antes del Estado Islámico y siguen pasando hoy en día por los mismos caminos principales a través de Turquía. Este país tenía y aún tiene una actitud ambigua frente a Daech, y contribuye significativamente en la entrega para la venta de este petróleo”, precisa Derek El-Zein.

Además, el caso de Siria también plantea interrogantes. En Siria, devastada por el conflicto entre el régimen de Bachar Al-Assad y los rebeldes iniciado en 2011, nunca se produjo escasez energética aunque los principales sitios petroleros sirios hoy están en manos de los terroristas. Como lo explica Derek El-Zein, no puede considerarse que un país en guerra sea un país que habría dejado de funcionar – simplemente se organiza de manera diferente con nuevas restricciones. El Líbano, que ha vivido cerca de 20 años de guerra civil, se ha encontrado en esta situación y ha debido enfrentarse a ella. “Los intereses en juego son tan importantes que generan nuevos circuitos de producción y de suministros, lo que a veces obliga a los beligerantes a cooperar con respecto a ciertos factores y hacer la guerra en cuanto a otros”. Así, aunque sean enemigos en el campo de batalla, el régimen siriano y el Estado Islámico son amigos en el mercado de petróleo. 

Una renta a la baja

Hoy, la explotación del oro negro está generando ingresos importantes, y permite financiar la actividad del Estado Islámico. La gran pregunta es, ¿hasta cuándo? Los ataques aéreos de la coalición internacional contra los sitios localizados en el territorio de Daech debilitan considerablemente la regularidad de su renta petrolera. Tras los atentados terroristas cometidos en París el pasado 13 de noviembre, todo parece indicar una intensificación de la acción militar por parte de Francia y sus aliados. El califato deberá enfrentarse a una considerable limitación, ya que sin su maná petrolero le será difícil regular sus gastos cada vez más importantes sin debilitar la estructura de la organización.

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