Mariano Rivera, pescador panameño, se convierte en uno de los “Bombarderos del Bronx”

Ingrid Piponiot-Laroche, trad. Maria A. Paixão Herrera
26 Octobre 2013



La hora de la estrella de los Yankees de Nueva York ha llegado. Es el momento de guardar su tan conocida camisa Nº 42. El último juego de su décima novena temporada en los “Bombarderos del Bronx” – y de toda su carrera – terminó con una larga ovación del público. Este es el momento de retomar la brillante trayectoria de Mariano Rivera, el “mejor lanzador de todos los tiempos” y orgullo de la nación panameña.


Foto -- Getty Images
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No es necesario ser fanático del béisbol para fijarse en el “mejor lanzador de todos los tiempos”. Su historia es, ante todo, una “success story” típicamente americana: la historia de un joven panameño, modesto y proveniente de una familia de pescadores, quien se convirtió, en veinte años, en una leyenda viviente del béisbol.
 
Mariano Riviera nació en Puerto Caimito, un pequeño pueblo de pescadores no muy lejos de Ciudad de Panamá. Desde muy chico, sueña con seguir una carrera deportiva en el medio futbolístico. Sin embargo, una lesión en el tobillo lo obliga a dedicarse a la pesca industrial y a la mecánica, siguiendo el ejemplo de su padre. Pese a su vida profesional, Mariano Rivera decide seguir con el deporte y practica el béisbol en un club de aficionados. Si bien sus jugadas no son excepcionales, su perfil atlético cautiva el ojo de un cazador de talentos de los Yankees de Nueva York. En 1990, Mariano Rivera, a sus cortos 21 años, firma un contrato con los “Bombarderos” y viaja rumbo a los Estados Unidos.  

Una “success story” típicamente americana

Su carrera profesional como beisbolista comienza en las Ligas Menores, en dónde será lanzador (pitcher en inglés) de 1990 hasta 1995. Aunque las opiniones de los expertos sobre sus talentos deportivos son muy variadas, su evolución durante estos cinco años abre paso a un futuro muy prometedor. Mariano Rivera, apodado “Mo” por el público, pasa a formar parte de las Grandes Ligas al reemplazar a un compañero de equipo lesionado. Con su inmortal número 42 en la espalda, Mo logra romper, en diecinueve años de carrera, una cantidad extraordinaria de récords en la historia del béisbol.
 
Se considera como el “mejor cerrador de todos los tiempos”, y ha ganado más de treinta partidos con 652 salvadas (saves en inglés). Hoy en día, en materia de efectividad, cuenta con el mejor resultado del mundo y el décimo-tercero en la historia del béisbol. Por otro lado, para seguir con cifras impresionantes, Rivera ha ganado cinco veces la Serie Mundial con los Yankees de Nueva York, la última en el año 2009, y ha sido declarado American League All-Star trece veces. Desde su llegada a las Ligas Mayores, en 1995, Mo ha ganado más de 169 millones de dólares.
 
Basta con observar el impacto mediático de su retiro para entender a qué punto este deportista, gran estrella de los Yankees de Nueva York, ha marcado el mundo del béisbol. El domingo 22 de septiembre, en el Yankee Stadium, en Bronx, el jugador de 43 años fue homenajeado con una gran ceremonia de honor de cincuenta minutos. Al pasar de modesto pescador a estrella deportiva internacionalmente reconocida, Mariano Rivera pudo cumplir su sueño americano. Y como él mismo lo dice, “[America] has given me the pleasure since I left my country 23 years ago. That’s why America is a great country (Desde que dejé mi país, hace 23 años, los Estados Unidos sólo me han dado satisfacción. Es por esta razón que este país es espectacular)”.

Un “gran embajador del deporte”

Según Bruce Bochy, entrenador del equipo rival, los Giants de San Francisco, Mo es un “gran embajador del deporte”. Hoy en día, en un mundo tan inundado por todo tipo de escándalos, Mariano Rivera aún hace parte de esas personas que sacan a relucir los verdaderos valores del deporte. Para Jayson Stark, periodista de ESPN, Mo es un hombre apasionado, quien “fue en busca de la perfección y por poco la encuentra”. Agrega también que llevó su posición “a un nivel de esplendor y de dignidad que raramente se ve en el mundo del deporte moderno”.  Por más que se dedique completamente a su carrera, Mo supo respetar sus valores tradicionales y los del deporte, además de desviar la atención de los medios y evitar cualquier escándalo.
 
Proveniente de una modesta familia panameña, sus millones no le hicieron olvidar sus raíces. Pasó de vivir en su hogar de infancia a una suntuosa mansión en el mismo pueblo, pero a ojos de los que lo rodean, sigue siendo una persona humilde y agradecida.
 
En su discurso de despedida en el Yankee Stadium, Mariano habló calurosamente de su familia, su patria y su religión. Para la ocasión, hizo que sus padres, su esposa –  con la cual comparte su vida desde muy joven – y sus tres hijos vinieran a su terreno. Por otro lado, como lo destacó en su discurso, su familia también se compone de sus compañeros de equipo, con los cuales pudo compartir un sinnúmero de emociones durante diecinueve años.
 
Más allá de los valores familiares, el deportista concede un lugar muy importante a los valores cristianos. Para él, gracias a Dios su técnica de juego pudo evolucionar tanto en el transcurso de los años y que él pudo convertirse en el hombre y jugador que es hoy en día. Por esta razón, la primera parte de su discurso se la dedicó a Dios, a quién agradece todo lo que le aportó.
 
A pesar de haber vivido 23 años en los Estados Unidos, Mariano Rivera no olvida su patria. En un Yankee Stadium atiborrado de banderas panameñas, el deportista le dio las gracias a su “lindo país”, en inglés y luego en español. Desde Nueva York, Mo siempre ayudó a su país, sobre todo a través de su fundación para los jóvenes con problemas. Todos los años, para las fiestas de fin de año, Mariano Rivera vuelve a Panamá para disfrutar en familia y también para participar en acciones de caridad. Su fundación, la cual se aferra bastante a los valores católicos, ha permitido, entre otros, la construcción de escuelas e iglesias, al igual que el acceso a la universidad y a los computadores a los jóvenes más desfavorecidos.
 
Su único punto negativo fue no haberse puesto la camiseta panameña para algunos torneos, como por ejemplo para el Clásico Mundial de Béisbol, por mantener su lealtad hacia los Yankees de Nueva York. Esto provocó un gran número de críticas en Panamá, en dónde algunos lo consideraban muy “gringo”. Sin embargo, eso ya hace parte del pasado y todo el país siguió con gran interés el final de carrera de este jugador.

Panamá, cuna de deportistas internacionales

La semana de despedida de Mariano Rivera fue un momento de emoción y orgullo para Panamá. Los homenajes rendidos a este deportista tuvieron un impacto increíble en este país, en el cual el béisbol es uno de los deportes preferidos. Una delegación oficial estuvo presente para la ceremonia de honor en el Yankee Stadium, destacándose el actual presidente de la República, Ricardo Martinelli. En una de sus declaraciones, el presidente llegó a afirmar que la ruta entre Arraiján y La Chorrera, lugar donde se encuentra su ciudad natal, se llamará Mariano Rivera.
 
Los medios de comunicación transmitieron, en Panamá, las imágenes de la ceremonia, agregando diversas entrevistas callejeras para mostrar el orgullo del pueblo panameño. Además, fueron organizadas ceremonias de honor para celebrar la carrera de Mariano Rivera, en especial en Puerto Caimito, su ciudad natal. Sin embargo, así Panamá sea tan solo un pequeño país con 3.802 millones de habitantes, no es la primera vez que uno de sus deportistas alcanza fama internacional. Efectivamente, esta nación se autoproclama proveedora de deportistas de mayor éxito en América Central.
 
Hay que subrayar que los panameños se destacan sobre todo en los deportes anglosajones, puesto que la influencia norteamericana dejó rastros en la práctica del deporte en Panamá. En el ámbito del boxeo, se encuentra Panamá Al Brown, deportista de comienzos del siglo veinte, el cual marcó su época al ser el primer campeón hispánico, o Roberto Durán, de 1960 a 1990. En el béisbol, Rodney Cline Carew se lució en las Grandes Ligas de los Estados Unidos durante los años 70 y 80. Durante la misma época, el jugador de basquetbol Rolando Blackman tuvo un gran renombre en la NBA. Igualmente se encuentra Laffit Alejandro Pincay Jr, un gran jugador de hockey que logró liderar los torneos norteamericanos desde 1960 hasta los años 2000, o Julio César Dely Valdés, futbolista, quién llegó a jugar con el Paris Saint Germain, de 1995 a 1997, y con el Málaga CF.
 
El retiro del “Gran Mariano” marca el final de una época para los Yankees de Nueva York, quiénes pierden a su mejor lanzador después de diecinueve años de carrera. Mo deja tras de sí un camino tan importante en la historia de los “Bombarderos” que su camiseta 42 será igualmente retirada del equipo. Por otro lado, esta también es la ocasión para que Panamá celebre el éxito de otro gran nombre del deporte internacional. Sin embargo, como la gran parte de los deportistas panameños, la carrera de Mariano Rivera se construyó en los Estados Unidos y ahora hay que ver si este deportista decidirá quedarse allá o regresar a su país natal para apoyar el béisbol nacional.

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