Haití: una inestabilidad crónica

Marine Mulcey, traducido por Michaël Arlandis
19 Mars 2015



El 12 de enero del 2010, un terremoto de magnitud 7,3 sobre la escala de Richter golpeó el oeste de Haití y Puerto Príncipe, su capital. El balance de esta catástrofe asciende a más de 300.000 muertos, 300.000 heridos y un millón de sin hogares. En octubre del 2010, fue una epidemia de cólera la que estalló en oscuras circunstancias. Así se presenta el país, en crisis desde hace más de una década.


Crédito: Chip Somodevilla / Getty Images
Crédito: Chip Somodevilla / Getty Images
Algunos estudios, principalmente dirigidos por el CDC, Center for Disease Control and Prevention, mostraron que la epidemia  fue posiblemente traída a la isla por los Cascos Azules nepaleses, mientras intervenían en el marco de la misión de las Naciones Unidas para la estabilización de Haití (MINUSTAH), en operación desde 2004 con cerca de 13.000 Cascos azules presentes. La hipótesis no ha sido reconocida por la ONU. El 18 de octubre del 2013, según la Organización Mundial de la Salud, 8.500 personas murieron por causa de la epidemia, sobre más de los 700.000 casos censados en Haití y en República Dominicana, así como en Cuba y México.

Las inversiones económicas

El martes 24 de febrero, el Hotel Marriott fue inaugurado con gran pompa, con la presencia de Bill Clinton, antiguo presidente de Estados Unidos, en  el corazón de la capital. La construcción de este hotel permitió sobre todo, entre otras cosas, la creación de empleos en la región, así como mejorar la imagen turística de Haití, eclipsado por su vecino dominicano. El país ha empezado también la construcción del Puerto Lafito a 25 minutos de Puerto Príncipe, que debería acabarse en marzo. Según el Director General del proyecto, 20.000 empleos serán creados en los próximos cuatro años. Además, el viernes 20 de febrero, el Ministerio de Comercio y de Industria lanzó el Programa de Apoyo al Desarrollo Productivo, un “acelerador empresarial” cuyo objetivo es favorecer la creación de PYMES.

Según  el CDC, el país ha registrado notables progresos en materia de salud desde el terremoto y especialmente en los cuatro ámbitos que son el agua potable, la prevención y el tratamiento del VIH, así como la vacunación y los hospitales públicos. El saneamiento y el uso de cloro en la distribución de agua en el país han reducido mucho la difusión del cólera y de otras enfermedades. El Plan de Emergencia del Presidente para la Mitigación del SIDA (PEPFAR) fue reactivado después del terremoto. Este plan, iniciado por George W. Bush en 2003 y difundido en Haití principalmente en el marco de un tratamiento antirretroviral para las mujeres, tenía como objetivo luchar contra el SIDA en el extranjero, y así permitir a esas mujeres engendrar a niños seronegativos. El programa incluso logró doblar el número de mujeres tratadas, en comparación con el período anterior al terremoto. El país también ha doblado su tasa de vacunación entre los niños y ha añadido nuevas vacunas para protegerles del VIH, el cual puede causar meningitis y rotavirus, principal causa de  diarrea juvenil. Estas dos enfermedades pueden resultar fatales para un niño. La capacidad de almacenaje también se mejoró, lo que permite la conservación de las vacunas.

Las tensiones persistentes

La crisis política que parece caracterizar el país desde hace años sigue manteniéndose. Numerosos haitianos acusan al presidente Michel Martelly de ser un nuevo dictador impuesto por los Estados Unidos. Su incapacidad para organizar elecciones, que además han forzado el primer ministro Laurent Lamothe a anunciar su dimisión el pasado diciembre tras numerosas manifestaciones en el país, ha suscitado la desconfianza de los haitianos. Las elecciones deberían haber tenido lugar en octubre del 2014, ya que el mandato del Parlamento haitiano se  acabó el 12 de enero del 2015. El fin del mandato le permite actualmente al presidente dirigir el país por decreto, lo que los haitianos sospechan de ser una manipulación política  en la espera de instaurar una nueva dictadura.

Crédito Dieu Nalio Chery
Crédito Dieu Nalio Chery
Al respecto, el presidente Martelly asegura desear que las elecciones tengan lugar antes del próximo mayo. Estas elecciones preocupan mucho a la población porque el país sufre de múltiples problemas con las bandas armadas, origen de numerosas víctimas. Mientras que los enfrentamientos han tenido lugar desde hace semanas en el barrio de Cité Soleil, la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos estima que desde 2013, estos enfrentamientos han hecho más de 200 víctimas de las cuales cincuenta murieron a lo largo del cuarto trimestre de 2014. Muchas tensiones nacieron también de las manifestaciones que  ocurrieron estas últimas semanas contra los actos racistas cometidos por sus vecinos dominicanos en su contra, así como otras manifestaciones por la baja del precio del petróleo que sigue aumentando en Haití, pero que sigue disminuyendo en el resto del mundo.

Una maldición sin fin

Un accidente  ocurrió durante el  martes de Carnaval el pasado 17 de febrero. Diecisiete personas murieron y sesenta fueron heridas. Según testigos que asistieron al accidente, un tanque golpeó los cables eléctricos aéreos antes de incendiarse, matando a siete personas a bordo. Las otras víctimas perdieron la vida en el pánico general. Cientos de personas se reunieron en los funerales, en el Campo de Marte de Puerto Príncipe el 21 de febrero, para rendir homenaje a las víctimas. Entre estas, el presidente Michel Martelly, aprovechó la ocasión para llamar a la unión en el duelo, a pesar de las divergencias que oponen unos a otros.

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