Últimamente el príncipe Andrés ha dado mucho de que hablar en Gran Bretaña por este haber sido acusado de acoso sexual de una menor. El escándalo ha surgido en un momento poco favorable para la familia real ya que beneficiaba de una popularidad marcada en el país, tal como se había notado durante el matrimonio del príncipe Guillermo en 2011 y también en 2012 con el Jubileo de Diamante de la reina Isabel II. A pesar de que el Palacio de Buckingham haya confirmado que las alegaciones en contra al príncipe fueron “falsas y sin fundamento”, algunos británicos denunciaron la confirmación, afirmando que si el escándalo involucraba a un político, este sería obligado a dimitir de su puesto. Sin embargo, el príncipe Andrés no puede dimitir de su cargo principalmente representativo, lo cual enfurece a algunos británicos que desean ver una diminución del poder y de la influencia de la familia real.
La prepotencia de la familia real, ¿en qué situación se encuentra?
Hoy en día, se está cuestionando cada vez más el poder de la monarquía, puesto que la libertad de expresión es un valor importante de la cultura británica. Una prueba del real poder de la monarquía se halla en el reciente impedimento por parte de la familia real de la difusión de un documental que le concernía en el canal BBC. El documental relevaba, entre otras cosas, que tras el fallecimiento de la princesa Diana, el Palacio recurrió a especialistas en comunicación con el fin de recobrar la simpatía de los británicos. Ha sido difícil para el BBC no dar marcha atrás frente a los excelentes abogados de la familia real que estaban listos a dar todo para defender los intereses de la monarquía.
Además, existe una cierta opacidad con respecto a los asuntos financieros de la familia real, es decir sus ingresos, los impuestos que paga, e incluso la manera en la cual interviene en los asuntos públicos. Esta opacidad se ha debido al hecho de que la monarquía no ha sido afectada por la ley sobre la libertad de la información, creada en 2000 por el gobierno de Tony Blair, la cual permitió a los ciudadanos acceder a los documentos administrativos de una grande parte de losorganismos públicos. En 2010, se aportó una enmienda al Freedom of Information Act (“Ley por la Libertad de la Información”), la cual ofreció más protección a la familia real. De esta manera los documentos que se referían a ella se volvieron inaccesibles durante 20 años a partir de su fecha de creación. Por lo tanto, es imposible saber de que manera se gasta el dinero público, ni cómo la monarquía influye la política del gobierno. En cuanto a la familia real en sí, se ha acusado al príncipe Carlos de interferencia política y de sobrepasar los límites de su papel constitucional.
Fue lo que particularmente afirmó el ex secretario de educación del Estado, David Blunkett, en 2014, cuando reveló que el príncipe de Gales, bajo el gobierno Blair, había intentado persuadir al ex primer ministro de aumentar el número de Grammar Schools, los colegios que seleccionan a los alumnos según los resultados de un examen de ingreso.
La lucha de los antimonarquistas
Republic es la principal organización antimonarquista del Reino Unido. En su página web se declara “en favor a una alternativa democrática a monarquía”. La organización quiere abolir la monarquía y reemplazar a la reina por un individuo, que a diferencia del primer ministro sería políticamente independiente, elegido por el pueblo para representar la nación. Aunque su lucha sea principalmente política y no económica, Republic insiste también en el coste de la monarquía, el cual calcula superar los 200 millones de libras por año. La organización denuncia además las ideas de que la monarquía favorecería la unidad del país y el turismo. En cuanto a las acusaciones que afirman que los miembros de Republic son antipatriotas, la organización responde que sí, efectivamente lo son, si se considera que la definición de ser patriota significa favorecer los intereses de la familia real en lugar de los de los ciudadanos.
Durante el Jubileo de Diamante de la reina Isabel II en 2012, los antimonarquistas manifestaron a orillas del río Támesis, cantando sus eslóganes: “ciudadanos no súbditos”, “poder al pueblo”, y “democracia no monarquía”. Republic llevó a cabo esta acción con el fin de enseñar a la monarquía que no tenían la aprobación global del pueblo. Sin embargo, algunos espectadores que acudieron al Jubileo abuchearon a los antimonarquistas, probando que una parte de los británicos seguían aficionados a la familia real.