El martes 13 de enero, un autobús que conectaba Volnovakha con Donetsk se encontró en medio del ataque de una barricada ucraniana en la entrada de la ciudad. el lanzamiento de cohetes mataron a 13 personas y 15 otras fueron heridas. Los ucranianos estuvieron muy afectados por la muerte de estas víctimas civiles, y se reunieron el domingo 18 de enero para honrarlas. La manifestación tuvo lugar en la plaza de la Independencia, el Maidán. Este lugar es significativo, puesto que fue aquí donde se reunían los ucranianos durante la revolución Naranja del 2004 así como durante las movilizaciones pro-europeas del 2013-2014. Una manifestante que fue entrevistada testigua: “Estamos en contra de Putin. Maldito sea.” Frente a los carteles “Somos Volnovakha”, los rebeldes y el Estado se acusan mutualmente.
Sin embargo, los ataques se multiplicaron después. El 15 de enero, los rebeldes tomaron por asalto el aeropuerto de Donetsk, uno de los principales lugares de enfrentamientos. Frente a los disparos, el ejército se replegó y los rebeldes retomaron una parte del aeropuerto.
En el puerto de Mariupol este sábado, una multitud de cohetes fueron lanzados. Este punto estratégico es la última gran ciudad de la zona ocupada por los separatistas que permanece fiel a Kiev. Al mando de los separatistas, la ciudad podría crear un puente entre Rusia y Ucrania. El balance es de 30 civiles fallecidos, y de casi 100 heridos. Según Ban Ki-moon, el secretario general de las Naciones Unidas, los cohetes parecen haber sido lanzados de forma ciega sobre zonas civiles. El secretariado “condenó firmemente” los ataques, calificándolos de “violaciones de las leyes humanitarias internacionales”. El bombardeo ha sido reivindicado, bajo los aplausos, por Alexandre Zakhartchenko, el jefe autoproclamado de los separatistas, quien anunció que iba a tomar la ciudad por la fuerza. Sin embargo, ciertos responsables separatistas negaron toda implicación y denunciaron “una provocación” de los unionistas.
Un diálogo de sordos internacional
El presidente ucraniano Petro Poroshenko declaró ser “prudentemente optimista” sobre el alto el fuego. Putin anunciaba un plan de resolución de los conflictos y Ucrania estaba apoyada por el Occidente. Sin embargo en las semanas siguientes, se pudo observar un real aumento de los combates. Entre los 5 de septiembre y 18 de noviembre, 957 personas fueron matadas. En cuanto al alto el fuego de diciembre, se mantuvo unas semanas, antes de que los ataques de los separatistas empezaran de nuevo a principios de marzo.
Los dirigentes de varios países intentaron entonces intervenir para calmar las tensiones. Este miércoles, tuvo lugar una reunión sobre la cuestión de Ucrania entre los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Ucrania, Francia y Rusia. Kiev pidió la retirada de 9000 soldados rusos en Ucrania. Frente a esta solicitud, Sergueï Lavrov, el ministro ruso de Asuntos Exteriores contestó de manera fría, preguntando “¿dónde están las pruebas?”. Además, denunció un complot imperialista estadounidense con el fin de asfixiar a Rusia, y derrocar a Putin con las sanciones económicas. Durante una conferencia de prensa, Obama afirmó que la agresión de Mariupol “fue cometida por separatistas con un apoyo ruso, equipo ruso, financiación rusa, entrenamiento ruso y tropas rusas.” Por otro lado, Putin negó toda implicación en el conflicto
En cuanto a los occidentales, condenaron duramente los ataques de los separatistas y pidieron a Putin de cesar su apoyo a los rebeldes, porque de lo contrario Federica Mogherini anunció “una deterioración de las relaciones entre la Unión Europea y Rusia.” La OSCE y la OTAN condenaron el ataque de Mariupol y los jefes de los gobiernos europeos podrían ser convocados esta semana. Letonia pide nuevas sanciones contra Rusia.