El “No” de los escoceses a la independencia

Madalina Cretu, Traducido por Maria Alejandra Paixão
22 Septembre 2014



El viernes 18 de septiembre fue un día histórico para el pueblo escocés. Fue el día en el cual todo un país decidió adoptar el moto ‘Sorry I’m not sorry’ (Lo siento si no lo siento) y decirle ‘NO’ a su (única) oportunidad de convertirse en una nación independiente. Pero, ¿qué nos enseña esto sobre el concepto de nacionalismo escocés, el cual ha sido firmemente apoyado últimamente ? Y principalmente, ¿hacia qué horizontes se dirige esta nación, hoy más dividida que nunca ?


Crédit Baptiste Gourseaud
Crédit Baptiste Gourseaud
Pese a las esperanzas del  Partido Nacional Escocés, el SNP (Scottish National Party), mayoritario en el país, 55% de los electores se atrevieron a contradecir a sus propios líderes al adoptar otra visión sobre el futuro de su país. Tres siglos después del Acta de Unión, el pueblo escocés decidió seguir siendo parte del Reino Unido, y esta catástrofe ha sido esquivada por David Cameron y su gobierno. Los electores no ven más que un futuro incierto para su nación. Parece que hubieran seguido las palabras de Alistair Darling, cabeza de la campaña ‘Better together’ (Mejor juntos), y adoptado la idea de seguir juntos para poder avanzar.

El poder económico de la libra esterlina, junto con el reconocimiento por la Unión Europea, la exportación de bienes y materias hacia Inglaterra, la seguridad del futuro, el ejército y la ‘relación especial’ con Estados Unidos, son solo algunas de las razones por las que la campaña del ‘NO’ adquirió tanta popularidad y apoyo del pueblo, quién, en 2011, se mostraba más nacionalista que nunca. En otras palabras, los resultados de hoy le dan más credibilidad al gobierno británico que al propio parlamento escocés. Sin embargo, si Cameron está celebrando el regreso de los escoceses ante la unión improvisada con sus adversarios laboristas, ¿qué posición tendría que adoptar Alex Salmond para hacer borrón y cuenta nueva del pasado, aún muy reciente ?

¿ Confiar en los ‘Torries’ ?

Escocia enfrenta, hoy en día, la dificultad de seguir avanzando, debido al sentimiento de división entre los que perdieron al elegir el ‘SI’, y los que ganaron al apoyar el ‘NO’. Hace una semana, Cameron, Miliband y Clegg emprendían el camino hacia el norte, para asegurarse que el electorado escogería la opción de permanecer en la Unión. Su campaña improvisada fue vista como un gesto desesperado para convencer al electorado escocés de permanecer en la Unión. Sin embargo, algunas declaraciones, como la del primer ministro David Cameron (‘¡Me interesa más el bienestar de mi país – el Reino Unido – que el de mi propio partido!), ejercieron, al parecer, una gran influencia sobre los electores. Pero la decisión de Escocia no traduce el cambio de opinión de los escoceses de la noche a la mañana, ni el querer ser gobernados por la derecha conservadora, ni mucho menos el hecho de que Ed Miliband haya conquistado el corazón de los nacionalistas escoceses. Al contrario; todos los que fueron a votar hoy, decidieron mantener intacta la vieja unión de hace 307 años, siempre pensando en el bienestar de su nación.   

En las próximas elecciones, si el SNP sigue en cabeza del poder en Escocia, el equipo de Alex Salmond seguirá con su política especialmente nacionalista, e intentará transmitir la voz de un pueblo maltratado por Westminster y los conservadores a lo largo de los años. Y lo que hay que recordar de esta legendaria elección, tomada con el fin de evitar un ‘desastre natural’, es que al decirle ‘NO’ a la independencia, las expectativas del país respecto al Parlamento y sus dirigentes se multiplicaron por diez. Los electores quizás no pudieron seguir sus corazones a la hora de votar, pero demostraron tener la madurez suficiente y tomaron la decisión de mantener el país en buen estado para las futuras generaciones. Por medio de este voto, el pueblo escocés reclama ‘lo mejor de ambos mundos’, es decir, una autonomía económica, legislativa, judicial y ejecutiva aún más desarrolladas, todo esto sin dejar de ser parte de la Unión. ‘Devo Max’, un solo y único programa, y del cual Cameron no deja de hablar, sería la respuesta a todas estas inquietudes. Sin embargo, nada se concretiza aún. 

DEVO MAX : ACCIÓN Y REACCIÓN

‘Devo Max’ o ‘Devolution Max’, es un programa que el primer ministro británico ha prometido introducir en Escocia después de la publicación de los resultados el 19 de septiembre. Sin embargo, pese a su destacado anuncio, nadie conoce con seguridad las previsiones de dicha legislación. Lo único seguro es que esta propuesta refleja una voluntad clara y segura del parlamento británico de darle aún más poder a Escocia. El principal objetivo del cambio contemplado sería el de convertir a Escocia en una nación autónoma desde un punto de vista fiscal. Se trata, pues, de un acuerdo constitucional entre ambos parlamentos, Westminster y Holyrood, el cual prometería al parlamento escocés el recaudo de una gran parte de los impuestos pagados en Escocia para la (misma) organización del país. La defensa y las relaciones exteriores serían, por lo tanto, los únicos dos temas en común tratados con el resto de la Unión. Las premisas de este programa ya han sido introducidas en el Scotland Act, elaborado por la comisión Calman en el año 2009, y luego adoptado por Westminster para reemplazar el Scotland Act de 1998. La existencia de la posibilidad de aumentar la autonomía del país motiva al pueblo escocés a esperar con ansias el cumplimiento de todas estas promesas. Desafortunadamente, nadie sabe a ciencia cierta lo que Cameron hará para definir este proyecto de ley, ni para mantener la poca credibilidad que logró ganar ante el electorado escocés.

De tal manera, todos pueden afirmar que el 18 de septiembre de 2014 será, de ahora en adelante, un día memorable. Este día marca el comienzo de una nueva etapa para el Reino Unido y cada una de sus naciones. Y, a partir de este momento, un sentimiento de incertitud atraviesa todo el país, ya que cada una de sus naciones se pregunta: ¿Qué va a suceder ? ¿Habrá un nuevo referendo, exigido por los nacionalistas ? ¿Cumplirá David Cameron sus promesas sobre el ‘Devo Max’ ? ¿El Reino Unido seguirá siendo parte de la Unión Europea? Y ante todo, ¿será Alex Salmond el verdadero vencedor del día ? Hay tantas preguntas pendientes que, en otras palabras, la situación post-elecciones parece atravesar una de sus etapas más turbias.   

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