Ebola : ¿ sinónimo de amenaza terrorista ?

CitizenPost, traducido por Maria Alejandra Paixão
28 Septembre 2014



Con el presumido ataque por jeringa a un oficial del FBI, hace 8 días, así que por la inédita oleada de casos que inundan a las autoridades sanitarias desde su descubierta, el virus Ébola ha sido objeto de numerosas inquietudes, sobre todo en cuanto a su posible propagación mundial. Un artículo publicado en el New York Times cuestiona a los expertos sobre la posibilidad de usar este virus mortal como arma bioterrorista.


Crédit DR
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Se encuentran cifras e imágenes por todo el planeta: la epidemia que castiga África del oeste desde hace seis meses ha provocado más víctimas que todas las registradas desde el momento de la identificación del Ébola, en 1976. En la OMS, el pánico cunde frente a la hecatombe del personal médico. Las imágenes de un cliente contaminado, deambulando por las calles de la capital liberiana, circulan en la red y reflejan por los menos la complejidad a implementar cuarentena.

El incidente ocurrido el 7 de septiembre en el aeropuerto de Lagos le agrega a este clima de tensión una sombra terrorista; se sospecha que un agente de la administración federal estadounidense habría sido atacado con una jeringa antes de embarcar… Dicha versión se vio desmentida por el departamento aeroportuario nigeriano. Los análisis no revelaron ninguna presencia patógena en la supuesta víctima, pero el FBI aun sigue investigando.

Las herramientas de un guión catastrófico

Mientras todavía hay que arrojarle luz a dicho asunto, el New York Times ya destaca la posibilidad del riesgo de arma biológica. ¿Cómo un grupo armado podría aislar e incubar el virus Ébola a gran escala ? Esto fue la pregunta hecha al doctor Philip K. Russel, médico militar hoy jubilado : “existe una gran probabilidad de que acaben con matarse al intentar hacer  un arma del Ébola”, le comentó al periódico estadounidense.

Doctor Ryan C. W. Hall, médico especialista en traumas siquiátricos causados por el bioterrorismo, aborda la cuestión al revés : “al aislar el virus uno necesita una gran cantidad de recursos. Pero aquellos que ya aceptan de morir al inyectarse la sangre de una persona infectada no necesitan un laboratorio con alta seguridad.”

Un virólogo francés, citado por la revista estadounidense Slate, expresa su opinión en cuanto a los factores que desarrollan dicha problemática. Él estima que “por supuesto, la propagación de la epidemia africana y su mediatización influyen en la opinión. Existen otros posibles escenarios de contaminación voluntaria, cuyos detalles no nos cabe mencionar.” Por lo tanto, no hay que descartar la hipótesis de un acto deliberado de contaminación; no obstante, mediatizar dichas posibilidades puede provocar efectos perversos en la organización social, desde desórdenes económicos hasta una psicosis colectiva.

Está claro que dicho sentimiento se encuentra alimentado por la agresividad del virus : después de un periodo de incubación muy variable (desde 2 días hasta 3 semanas), el Ébola desencadena un fiebre hemorrágica aguda, la cual mata a un 90% de las personas infectadas en un plazo de dos semanas. Sin embargo la contaminación sólo proviene del contacto con fluidos humanos infectados; el caso de Conakri, la capital de Guinea, demuestra que medidas sanitarias colectivas pueden reducir las amenazas virales. 

Cabe de recordar que todavía hoy no existe ningún tipo de tratamiento no experimental contra el Ébola.

Artículo originalmente publicado en el CitizenPost, socio del Journal International. 

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