Costa Rica, la ecología como sello

Carla Ortuño Guendell
2 Septembre 2013



Qué sorprendente puede parecer, Costa Rica es hoy día uno de los países pioneros con respecto a la protección del medio ambiente. Aliando medidas de preservación y ecoturismo, el pequeño país de América Central refuerza su nueva economía en pleno crecimiento. La explicación de un éxito.


Crédit Photo -- AFP
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El término “Costa Rica” aparece por primera vez en 1539, un dulce nombre dado por el conquistador español Francisco Fernández de Córdoba, para ilustrar la riqueza de la flora y la fauna que tanto le había impresionado durante su estadía. Esta denominación sigue en pie, y corresponde a la importancia que el país otorga a la preservación del medio ambiente. Después de la abolición del ejército en 1948, Costa Rica se centra en la distribución de su presupuesto: a la salud, la educación y sobre todo al medio ambiente. Este pequeño país, que se encuentra en el corazón de América Central entre Nicaragua y Panamá, hoy en día ha triplicado su PIB y también duplicado la extensión de sus bosques en solo 25 años.
 
Costa Rica es un minúsculo país que representa apenas un 0,03% de la superficie terrestre a nivel mundial y sin embargo, disfruta con orgullo su lugar en la lista de los 20 países que tienen la más vasta biodiversidad, con más del 4% de la misma a escala mundial. En total, Costa Rica protege con rigor mas del 26% de su territorio terrestre y mas del 9% de su territorio marítimo, en zonas ecológicas protegidas. 13.75% de estas zonas están estrictamente protegidas de todas las extracciones de recursos naturales. Esto demuestra el entusiasmo creciente del país para la protección del medio ambiente. El país intenta mantener su estatus de pionero en esta materia, preservando su bosque, que representa más del 50% de su territorio. Toda esta riqueza medioambiental se debe a su posición geográfica, a sus dos costas y a su paisaje montañoso, que proporcionan microclimas esenciales para la existencia de su ecosistema único, el cual abriga más de 500.000 especies de las cuales 300.000 son insectos.
 
Sin embargo, no es oro todo lo que brilla, ya que la historia esconde momentos oscuros sobre la situación ambiental en Costa Rica. Durante los años 70, 80 y 90, la deforestación masiva eclipsó la “virtud verde” del país. El territorio deforestado pasó de representar un 36% en 1960 a un 58% en 1977, y de un 68% en 1984 a un 89% en el 2000. La causa de la deforestación fue la demanda de una población en aumento, el desarrollo de la ganadería y las decisiones económicas enfocadas hacia la exportación de productos agrícolas y agroalimentarios. Durante esa época, la conciencia ecológica de la ciudadanía era casi inexistente. Pero en 1966, Costa Rica creó un programa de pago por los servicios ambientales que constituyó un cambio de 360 grados, constituyendo el inicio de un futuro fructífero para los temas medioambientales. La preservación del medioambiente simboliza la llave económica del país y de hecho, ha aprovechado esta riqueza natural para hacer de ella una atracción turística inmejorable. El ecoturismo representa el 5% del PIB y en el 2011, el número de visitas alcanzó los 2.2 millones de turistas extranjeros, lo que demuestra que el turismo es sin duda el motor del progreso nacional.

Bajo la protección de un “Ángel guardián del planeta”

Como prueba del fervor medioambiental, Randall Arauz, protector costarricense de los océanos, ha sido nominado “Ángel Guardián del Planeta” por el Congreso Fundador de los Juegos Verdes durante la Conferencia Global por el Desarrollo Sostenible que tuvo lugar en Paris. Este biólogo costarricense forma parte ahora de los 100 Ángeles Guardianes de todo el mundo que tienen como objetivo inspirar a los niños y a las niñas para que busquen soluciones a los problemas ambientales más comunes. Es más, el 12 de Junio del 2013, el liceo costarricense “Liceo de Flores” inauguró oficialmente su programa “Cosecha de Agua de Lluvia”. Es un sistema de canalización y un estanque de 10.000 litros que permitiría al liceo ahorrar 8 millones de litros de agua al año. Este representa unos de los muchos ejemplos de programas en marcha, para que la población sea más consciente de la importancia del medio ambiente.
 
Todavía falta mucho camino por recorrer para poder alcanzar el objetivo que el gobierno costarricense se propuso en 1995: establecer las medidas adecuadas para asegurar la protección del 90% de su biodiversidad. Sin embargo, el futuro se muestra prometedor para este país que, solamente para el programa nacional de agua potable invierte 105,36 millones de euros. Además, en 1991, Costa Rica afirmó con convicción su apego a la preservación de recursos naturales y a un turismo eco-responsable. El país también se pronunció sobre su deseo de convertirse en la primera nación “carbono neutro” en 2021, un objetivo que otros países como Noruega y Las Maldivas también se han propuesto cumplir.
 
Costa Rica se beneficia de su estatus de protector del medio ambiente para atraer inversiones extranjeras y reconocimientos internacionales, y así reforzar su poder económico. Tiene como objetivo mantener este estatus y también colaborar en la lucha contra el calentamiento climático. Para luchar contra este asunto muy debatido últimamente, sería necesario que los otros países del mundo siguieran el modelo ecológico de Costa Rica, un pequeño país en tamaño, pero muy grande y competente en el conocimiento respecto al medio ambiente.

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