¿Cómo funciona el Estado Islámico? (2/2)

Mathilde l’Hôte, corresponsal en Valencia, España. Traducido por Nadia Ait Mhamed
16 Janvier 2015



Aunque el Estado Islámico (EI) se haya aprovechado de un ámbito regional complejo y desestabilizado (ver artículo 1), su desarrollo no es menos sorprendente. En efecto, la organización del EI constituye una verdadera innovación en el mundo yihadista en comparación con los movimientos “tradicionales”, como Al Qaeda, la cual lleva décadas a la cabeza de esta tendencia. Explicaciones.


Crédit DR
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Primero, el objetivo del EI es instaurar el Califato en un territorio preciso (Irak y Siria) al contrario de las visiones globales de otros muchos grupos yihadistas, Al Qaeda liderando. Desde este punto de vista, parece que la organización sigue teniendo éxito en aplicar esta voluntad, al ser el primer movimiento de este tipo que controla un territorio tan grande, cuya superficie estimada alcanza la superficie del Reino Unido. Desde la toma de Mosul el 10 de junio del 2014, la extensión del territorio bajo la influencia de la organización ha sido considerable.

No obstante, es difícil explicar la situación real que existe dentro del país. En un reportaje exclusivo, VICE, la plataforma de periodismo de investigación, tuvo un acceso exclusivo de tres semanas al lado de los combatientes del grupo. Es claro que un “orden islámico” se está poniendo en marcha progresivamente, con la nominación de gobernantes, la recaudación de impuestos, la modificación de programas escolares, como ocurrió en la universidad de Mosul donde se han prohibido algunas clases como la de filosofía, y donde ha habido una separación entre hombres y mujeres. Al mismo tiempo, se crearon tribunales islámicos con el fin de darle un marco jurídico a la aplicación de la Charia y así condenar las personas declaradas infieles. También, se han construido campamentos de entrenamiento, principalmente para los adolescentes, con fines militares y de adoctrinamiento ideológico. Por lo tanto, no sólo es una conquista territorial importante de la organización del EI, sino también una verdadera transformación de la sociedad que está ocurriendo en la región. 

Medios financieros y militares considerables

Para incrementar su influencia, el grupo se beneficia de medios financieros y militares considerables.
Como lo subraya el artículo de Christina Anagnostopoulos en Le Journal International, las fuentes de financiación son múltiples y eficaces. En efecto, según la CIA, estos diferentes medios permitirían a la organización recaudar un promedio de un millón de dólares por día. Esto le permite, además de desarrollarse, ofrecer a los combatientes un salario claramente superior a lo de los otros grupos yihadistas, que alcanza un promedio de 500 a 700 dólares por mes, siendo esencial este elemento para el reclutamiento. Desde el punto de vista militar, la organización del EI dispone de tres recursos principales. Primero, después del desmantelamiento del ejército de Saddam Hussein en 2003, el grupo tomó posesión de un material importante, capaz de satisfacer numerosas necesidades: armas pequeñas, helicópteros, pero también muchos vehículos que van del simple pick-up al vehículo de combate. Segundo, y según el mismo proceso, numerosas personalidades militares del antiguo régimen de S. Hussein han engrosado las filas de la organización, como Izzat Ibrahim Al-Douri, ex vicepresidente del consejo revolucionario iraquí, convertido en el jefe del Estado Mayor del EI. Por último, la organización dispone de una aportación innegable y considerable de combatientes extranjeros.

Aunque muchos soldados vienen de regiones del Medio Oriente y de África del Norte (Arabia Saudita, Túnez, Marruecos, Turquía o Pakistán), se habrán unido al grupo varios miles de occidentales y no menos de 80 nacionalidades estarán representadas en total. 

Una comunicación profesional

La organización del EI supo implementar una comunicación eficaz a nivel mundial. En primer lugar, el centro de los medios de comunicación Al-Hayat, creado en el mes de mayo del 2014, resulta ser una verdadera herramienta de propaganda. Este centro propone todo tipo de contenidos: por un lado, imágenes y videos muy violentos poniendo en escena decapitaciones, ahorcamientos, crucifixiones; por otro lado, la serie de videos Mujatweets expone la organización bajo otro aspecto, ayudando a las poblaciones locales. En el mismo sentido, la revista en línea Dabiq propone actualizaciones constantes de todos los “éxitos” del grupo. Todos estos contenidos son propuestos, en subtítulos o doblaje, en inglés, lo que explica su usabilidad en el mundo entero y su impacto sobre el reclutamiento internacional. 

El grupo realmente consiguió explotar los medios de comunicación sociales. Aunque se suprimieron algunos contenidos de la red desde la toma de Mosul, como las cuentas Twitter en francés, inglés y alemán, la mayoría de los recursos son todavía fácilmente asequibles al público general. Además, la difusión de una parte de este contenido participa indirectamente a este proceso de propaganda. En efecto, si los medios de comunicación se toman el tiempo de especificar que se trata de una “película de propaganda del EI”, es preciso preguntarse si, finalmente, la difusión de este mensaje aumenta su alcance. 

Los objetivos de esta propaganda son claros. Ante todo, permite a la organización convertir algunas personas a su causa y así aumentar el número de combatientes al igual que la simpatía hacia el movimiento y sus ideas a nivel internacional. Este enfoque puede también, a largo plazo, instrumentalizar y desarrollar un rechazo global de los musulmanes de parte de los occidentales. Este proceso es peligroso dado que puede crear un estigma del Islam, que no tiene razón de ser, y que sólo aumentaría el rencor de la organización del EI y de los otros grupos yihadistas hacia el Occidente. 

Este modo de propaganda ya ha sido utilizado, en el otro sentido, por el antiguo presidente americano Geroge W. Bush con su definición del “eje del terrorismo” que sólo ha contribuido a fortalecer la incomprensión entre diferentes culturas. Finalmente, si bien estos objetivos parecen ser comunes a otras organizaciones yihadistas, el carácter y el impacto de la comunicación implementada superan ampliamente los de los otros grupos, y especialmente los de Al Qaeda. 

Está claro que esta organización es atípica en muchos aspectos y presenta una amenaza real sobre la estabilidad de la región, pero también a nivel internacional, con el problema del retorno de los combatientes extranjeros a sus países de origen. Como lo subraya la Resolución 2170 aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 1 de agosto del 2014, “el terrorismo constituye una de las amenazas más serias contra la paz y la seguridad internacional”. 

Sin embargo, es importante no sobrestimar la capacidad de la organización del EI. Dos importantes debilidades aparecen hoy: por un lado, la capacidad militar del grupo parece estar limitada a largo plazo, desde un punto de vista material y humano; por otro lado, la reacción de la población que vive en el territorio controlado por el grupo tiene que ser observada con atención.

Aunque no parece que haya habido ninguna resistencia significativa ni global de parte de la población hasta ahora, esto podría cambiar muy rápidamente frente a la falta de dinero en las regiones controladas y a la práctica de una violencia exacerbada por parte de los miembros de los grupos contra la población sí misma. 

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