Crédito Todos Derechos Reservados
El Circuito Carioca de Ritmo e Poesia (CCRP) es un movimiento totalmente independiente, proveniente de una iniciativa civil: una juventud que, por falta de medios y de estructuras, usaron las calles como lugar de expresión artística. En el año 2010, después del éxito de un primer evento en el barrio de Botafogo, otros encuentros culturales tuvieron lugar, expandiéndose progresivamente a través de la ciudad. Fue durante ese año que nació el colectivo CCRP. Permitió una mejor organización de estos eventos y una mejor difusión virtual, más que todo por medio de las redes sociales. Las citas organizadas por el colectivo tienen escenarios abiertos y batallas de rap como elementos motores.
El CCRP no sólo fue un medio de difusión de la cultura del ritmo y de la improvisación; también permitió la expansión de la cultura urbana en todo su conjunto (grafitis, artes plásticas, patinetas y baile), con una especialidad para cada barrio. La entrada es gratis. El objetivo es, a través de la ocupación del espacio público, democratizar el acceso a la cultura e importarla a los lugares en los cuales no está casi presente. La plaza Farani, en Botafogo, fue el fruto de esto. Después de haber sido palco para la primera y famosa roda de rima, la atmósfera de este lugar – antes punto de consumo de drogas fuertes – cambió radicalmente.
Esta plaza se convirtió en un lugar de divulgación artística y de socialización. Hoy en día, la red – bastante activa – reúne un promedio de 5 000 a 8 000 jóvenes por semana en los ocho barrios principales: Bangu – actualmente suspendido por la presencia de milicias –, Manguinhos (lunes), Botafogo (martes), Freguesia y Mejer (miércoles), Vila Isabel y Recreio (jueves) y Lapa (sábados). El fenómeno de las rodas culturais ganó una enorme amplitud, ya que cerca de sesenta lugares diferentes abrieron sus puertas debido a las manifestaciones culturales a través de la totalidad del Estado de Rio de Janeiro, particularmente las ciudades de Macacé, Teresópolis y Petrópolis.
El pasado mes de noviembre, con motivo del cuarto aniversario del colectivo, el CCRP organizó un festival en el barrio de Lapa, cuya temática principal era la cultura del ritmo y de la rima, pero también el circo, el cine, la artesanía y el arte en general. La entrada era gratuita. Los objetivos de este evento eran contribuir a la difusión de la cultura urbana local, democratizar el acceso a los bienes y servicios culturales y promover la lectura y la escritura.
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Oportunidades profesionales
Más allá de su aspecto lúdico, estos eventos ofrecen a sus participantes la posibilidad de crear su propia red profesional. Se trata de un momento en el cual el músico se reúne con el productor, el grafista con el director de una galería de arte… Para resumir, es un lugar de reunión de los trabajadores independientes. El trabajo del CCRP también hizo que jóvenes talentos escondidos fueran descubiertos, y que la carrera de algunos artistas con pocos medios y contactos en la industria musical se disparara.
Un deseo de diversidad
La idea de estos eventos es implantar la cultura urbana en el paisaje cultural de Rio de Janeiro – y no solo el rap. Sin embargo, también se trata de inserir la cultura brasilera en esta disciplina musical. Ahí, existe una voluntad de destacarse frente al estereotipo del hip-hop norteamericano, en el cual la mujer suele tener una imagen de objeto sexual. Djoser Botelho Braz, productor cultural y miembro y fundador del CCRP, recuerda que la rima y la improvisación han estado presentes en la música brasilera desde hace mucho tiempo, sobre todo en la samba, lo que no la hace exclusivamente reservada a sus vecinos estadounidenses. Esta originalidad se construye, por ejemplo, con ayuda de instrumentos y ritmos provenientes de la música tradicional nacional.
Relación con los poderes públicos
En el año 2012, dos años después de la creación del CCRP y frente a la incontestable magnitud de este fenómeno urbano, la alcaldía decidió entablar discusiones con el colectivo. Eduardo Paes, alcalde de la ciudad, adoptó un mayor interés por lo que estaba pasando en las calles de Rio y convocó a los miembros del CCRP. Estos le presentaron su proyecto, y el alcalde, interesado por este último, firmó un programa de desarrollo de ritmo y poesía carioca (o pacto do rap). Se trata de un decreto que reconoce oficialmente al CCRP y estipula un apoyo financiero y estructural.
Sin embargo, no fue sino un año más tarde que Eixo Rio, instituto intermediario entre los poderes públicos y la cultura urbana, se creó. Renato Rangel, uno de los miembros, explica el papel de mediador alrededor del tema de la ocupación del espacio público y de la convivencia: “Existe un trabajo de articulación entre lo que artistas y espectadores necesitan y lo que está al alcance de los poderes públicos para facilitarles el acceso. Este diálogo debe permitir que los participantes en estos eventos entiendan que hay ciertas reglas – más que todo horarios – que deben respetarse para que la alcaldía pueda liberar el acceso a los lugares públicos. Para complacer a todo el mundo, y sobre todo a los residentes del barrio, tiene que haber ciertas concesiones. La idea es permitir que el carioca, habitante de Rio, aproveche el espacio público, lo desarrolle y se reconozca en él, y que todo esto lo haga respetando al prójimo. Hoy en día, Rio de Janeiro encuentra su vocación cultural en las calles.” Por último, si este diálogo ha disminuido la represión sufrida por los eventos del CCRP, no se ha ofrecido, hasta ahora, ningún tipo de ayuda financiera por parte de los poderes públicos.
“Hoy en día, cualquier tipo de revolución ocurre a través del arte. Les digo a mis amigos con frecuencia que una cámara fotográfica es un arma, que el desarrollo de la imaginación es algo que tiene que trabajarse todos los días, porque es gracias al arte que podemos cambiar nuestra propia realidad.” Djoser, miembro del CCRP.