Los indígenas se indignan con la cultura mainstream

Matego Tellez, corresponsal Mexico
8 Février 2013


Autonombrándose “los de abajo” en algunos comunicados que ha publicado el Subcomandante Marcos en el sitio web Enlace Zapatista, el EZLN se pronuncia como el antónimo social de las dinámicas económicas irracionales que condicionan a las Sociedades Latinoamericanas expuestas al Neoliberalismo Económico.


Ç, Quintana Roo, Riviera Maya
Ubicados en el estado de Chiapas, México y en las múltiples comunidades indígenas de la entidad así como dentro y fuera de la Selva Lacandona, el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) representa el hito de los Movimientos Sociales en Latinoamérica.

De acuerdo a la triada que expone Alain Touraine dentro del concepto de los nuevos movimientos sociales consolidados, el EZLN representa la Totalidad de la heterogeneidad de los pueblos indígenas frente a la Sociedad Mexicana, dando como resultado una Identidad  contestataria que se fundamenta con el conflicto, es decir, la mayoría de los grupos indígenas que el EZLN representa tiene una condición en común (totalidad): lo diferente, el carácter indígena, el “no ser blanco”, el utilizar un dialecto diferente al Castellano y sobre todo usos y costumbres diferentes a la homogeneidad del Estado y Sociedad Mexicana. 

Todo esto los identifica como grupo, y organizados como un ente contestatario en contra de los crímenes que el Neoliberalismo y las políticas mexicanas “modernizadoras” (el Tratado de Libre Comercio, por ejemplo) han generado sobre las tierras, el ecosistema y la vida de todas las comunidades que forman parte del EZLN, ellos representan la resistencia ante el conflicto establecido, producto de la crisis de un sistema económico incapaz de solucionar y satisfacer la necesidades reales y sobre todo, incapaz de integrar a estos grupos dentro de las dinámicas del mercado y la sociedad.

Ellos han peleado y buscado, mediante la movilización social, la Reivindicación de su condición como pueblos indígenas y el reconocimiento de su heterogeneidad dentro del Estado Homogéneo, es decir, el proyecto cultural (concepto que da sustento a la triada de Alain Touraine) que ellos representan, es el Reconocimiento de sus derechos, tanto civiles como humanos, y su autonomía ante el Estado Mexicano así como su integración social dentro de éste, ya que ellos también forman parte del territorio, de la población y, en dado caso, del gobierno que el concepto de Estado representa.

La base de este movimiento se fundamenta en la conciencia histórica de los pueblos Latinoamericanos, ya que en el pasado, los proyectos de construcción del Estado-Nación Moderno en toda Latinoamérica los desplazaron, los cazaron, los eliminaron, todo en pro del Desarrollo, del Progreso, de la Modernidad y todo aquello que involucrara una “identidad nacional” moderna. Y es que, dentro de dicho proyecto(s), los otros (los indígenas) nunca estuvieron incluidos. 

México, Brasil, Perú, Bolivia, Argentina y Chile representan las naciones con mayor número de exterminio y esclavización indígena y al mismo tiempo representaron y representan las naciones con el mayor número de resistencia indígena ante los proyectos modernizadores. Y es aquí donde encontramos el dilema del conflicto, la modernidad y la modernización.

Los gobiernos latinoamericanos han vendido la idea que las comunidades indígenas atentan contra el orden establecido (los proyectos modernizadores, ejemplo la privatización de las tierras mediante las transnacionales) y la modernidad, donde la labor del Gobierno es tomar medidas fuertes y específicas en contra de esto. 

Es así como el EZLN responde, mediante la resistencia indígena, contra dichas “medidas”. Y es desde su aparición en la escena política mexicana (1994) que el EZLN se muestra interesado y con intenciones de comenzar las negociaciones para el diálogo y los posibles acuerdos para lograr una verdadera armonía sustentable entre la heterogeneidad que representan (los derechos de tercera generación) y lo fundamentado en el artículo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, solo que hasta la fecha no ha sido posible, fundamento principal de la movilización armada.

Por otro lado, mucho del movimiento se ha criticado, ya sea por autonombrarse “Nacional” cuando solo abarca el sur de México; se critica al movimiento porque en el pasado politizó sus intereses mediante la izquierda mexicana; se critica al movimiento porque quien se dirige a las masas es el Subcomandante Marcos, quien no es indígena y realmente no expresa los intereses de todas aquellas comunidades indígenas que siguen el movimiento; se ha criticado el proyecto cultural que expresan porque, de acuerdo a ciertos intelectuales tendenciosos, no consolidan una idea clara en sus demandas así como una difícil proyección para el futuro aunado con el atraso modernizador que dichas propuestas contienen ante una sociedad mexicana perfilada al “primer mundo”.

Los pueblos indígenas y específicamente el EZLN, no busca(n) el atraso social, científico, humano y tecnológico, mucho menos el poder, en ningún momento la lucha se encaminó hacia estos objetivos. Como ya se explicó, la lucha se encamina (sin pretender consolidarse como una acción política sino una acción de clases) contra los excesos y lo irracional del Neoliberalismo así como en contra del Estado homogeneizador, solo que, al mismo tiempo y con el paso de los años, dicha lucha se ha politizado.

No podemos negar que el EZLN ha marcado el inicio, la continuación, la reflexión y la valoración de las dinámicas netamente humanas, del respeto a la vida antes que el Mercado irracional e intereses económicos, y además, se ha mantenido hasta ahora como la piedra en el zapato del Sistema Neoliberal y los Gobiernos Neoliberales en México, representa otra alternativa frente al paradigma del pensamiento político, social y económico contemporáneo.

Se ha convertido en fuente de inspiración, modelo de resistencia y movilización social en toda Latinoamérica.