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¿Qué es un paracaidista? Es una persona que ocupa un edificio vacío o abandonado sin la autorización del propietario. Esta categoría social no sobrepasa los 30 años y reúne perfiles heteróclitos. El paracaidismo es una de las consecuencias de la crisis de la vivienda que hunde Inglaterra en un malestar persistente. Es un fenómeno que se ha desarrollado en los años 90 y que hoy está tomando una importancia preocupante en Londres. Una investigación del periódico The Guardian reveló el fallo del mercado inmobiliario en Londres con 710.000 edificios vacíos por toda Inglaterra en 2014. Numerosas propiedades corren el riesgo de ser abandonadas, lo que llevaría a un estancamiento económico con impactos negativos sobre las comunidades locales y las actividades hipotecarias nacionales.
Una práctica popular
SQUASH, Squatteurs Action for Secure Homes, es una asociación que defiende los derechos de los paracaidistas, dicha organización señala que el número de personas en espera de una vivienda se ha duplicado desde 1997. Para luchar contra este fenómeno, SQUASH se brega para por atribuir una vivienda apropiada a los individuos que lo necesitan.
La práctica paracaidista siempre ha existido en la historia del Reino Unido, y particularmente durante los años 60 y 70. En esta época, esta tendencia estaba sobre todo vinculada con la liberación de las costumbres y con la voluntad de desarrollar un nuevo estilo de vida.
Lejos de los prejuicios, la ocupación no solamente reúne a los sin techo, sino también a jóvenes activos, estudiantes y extranjeros que no siguen el ritmo del “lifestyle” londinense.
Durante uno de los encuentros, el Periódico Internacional conoció a Sophie, una joven alemana que partió a Londres para ganar experiencia y aprender inglés. Los ocupantes desean generalmente conservar el anonimato por razones de seguridad, pero Sophie, después de haber hablado con nosotros, decidió contarnos más y defender dicha práctica. Así, nos revela su camino y sus primeras experiencias en el territorio inglés: “Tengo 18 años y estoy en este momento en año de estadía en Londres, un año de pausa en mis estudios. Estoy haciendo unas prácticas no remuneradas como la mayoría de las formaciones en Inglaterra. No obstante, no esperaba que la vida fuera tan cara y aún con la ayuda de mis padres, no puedo vivir de manera confortable”. Sophie ha conocido este sistema a través de sus búsquedas de departamento en internet. Una solución menos cara y que reúne a otros jóvenes, lo que le permite conocer gente.
Sophie admite que también ha escuchado cosas como“squatting party”. “Son fiestas que tienen lugar en las casas ocupadas por los paracaidistas. El único incoveniente es que hay que ser muy respetuoso, porque si hay cualquier problema, la policía puede requisar la casa”. De hecho, los actos de brutalidad ligados a la práctica paracaidista son fuertemente sancionados. Desde 1977, el uso de amenazas y de la violencia es ilegal para requisar una propiedad en la cual alguien se encuentra y oponerse a la intrusión. Dicha ley fue introducida con el objetivo de proteger a los paracaidistas y para evitar desalojos vistos como demasiado inhumanos. Esto lo que se defiende cuando se habla de “squatting rights".
Por eso y para analizar dicha práctica, el Periódico Internacional participó en uno de estos encuentros mensuales. El moderador del encuentro es un francés expatriado y ex paracaidista, que hoy en día alquila un departamento pero sigue luchando por las personas que se encuentran en tal situación. En un primer tiempo, explica las leyes del paracaidismo. Paralelamente, entrar en una propiedad es legal solamente si dicha propiedad está abierta y desocupada. Al introducirse en el edificio, los paracaidistas cambian la cerradura. Una vez habitando en él, el uso individual de luz, gas e internet es preferible para seguir en la legalidad y así evitar todo tipo de problema con la policía. Causar daños y usar la energía de manera fraudulenta son las únicas prácticas sancionables. No obstante, la presencia de un individuo dentro de la casa es indispensable para dar fe de que la casa es ocupada.
Cuando un domicilio es “ocupado precariamente”, las fuerzas públicas y el propietario ya no tienen el derecho de entrar. Sophie, nuestra joven alemana, no comparte su experiencia con sus padres, porque podrían preocuparse. “Sé que no hay ningún riesgo. La sola idea de ocupar así una vivienda tiene mala reputación. La mayoría de los paracaidistas son personas de confianza, estudiantes o con una situación profesional. No quiero ocupar una vivienda con personas desconocidas, y los encuentros sirven para eso: armar grupos.”
Así, los paracaidistas viven en el anonimato, por temor a ser desalojados y por culpa de una nueva ley que criminaliza aún más este grupo social.
¿Entre legalidad e ilegalidad?
Hoy el Estado reconoce de manera oficial la posesión precaria de viviendas. Así, los propietarios que se encuentran en tal situación tienen que ir al tribunal de instancia para demostrar que los paracaidistas entraron en su propiedad ilegalmente, antes de proceder al desalojo. Sin embargo, las personas que se encuentran sin techo como consecuencia de la intrusión de paracaidistas pueden legalmente derribar la puerta y pedir que los indeseables se vayan de la propiedad. Si éstos se rehúsan, es posible señalar la transgresión a la policía, y empezar un procedimiento de criminalización. Los agentes del orden público pueden también tomar medidas si otras infracciones para introducirse en la vivienda tienen lugar.
Recientemente, la legislación “the non residential law”, emitida por la Unión conservadora de los tories, ha puesto en riesgo la práctica paracaidista. El partido de derecha convirtió este fenómeno en público, lo que ha desatado el temor entre los ciudadanos. Se pusieron en marcha servicios de seguridad provocando un temor creciente en los hogares londinenses. Los propietarios recurren a una asistencia llamada “Guardian services” para protegerse contra intrusos potenciales.
La última ley implementada cambia un poco las cosas: permite acelerar el procedimiento de expulsión de los paracaidistas de las casas residenciales desocupadas, por ejemplo, de las residencias secundarias, o de las posesiones en venta. La policía está ahora autorizada a perquirir un edificio presuntamente invadido por paracaidistas y excluirles del lugar.
Según el Ministerio de la Justicia, “con esta nueva ley, será más difícil para los intrusos afirmar sus derechos frente a los edificios residenciales, porque el paracaidismo será considerado como un acto criminal”. No obstante, los paracaidistas en casas non-residenciales no residenciales seguirán tendiendo la posibilidad de reclamar sus derechos. El paracaidismo en un edificio residencial es considerado como una infracción y está sujeta a una pena máxima de seis meses de prisión, o a una multa de hasta 5000 £.
Esta noticia causa el descontento de las organizaciones como SQUASH y se han tomado numerosas iniciativas desde la legislación. El paracaidismo sigue siendo legal, pero se vuelve una fuente creciente de inseguridad. Para procurar a estos individuos sin domicilio un sentimiento de estabilidad, SQUASH ha iniciado campañas y acciones pacifistas como exposiciones artísticas y conciertos. La organización también cuenta con el apoyo de The Guardian. El periódico proclama su asociación al organismo a través de una carta que aboga por la revocación de dicha legislación. SQUASH invita a todas las personas interesadas a movilizarse haciendo donaciones, o invertiendo en diferentes actividades del grupo que se pueden seguir en su sitio web.