El atolón Mororua - Crédito NASA
La erosión hace su trabajo en las islas Carteret, y casi nada se puede oponer a las fuerzas del mar. Solo Han, la isla principal, resiste porque está parcialmente cubierta de árboles. Las otras islas sin árboles están totalmente expuestas a las inundaciones. De esta manera, el mar retoma su poder poco a poco, sobre lo que constituye –o constituía- el atolón. La amenaza es grave ya que la altura máxima de estas islas es de un metro cincuenta sobre el nivel del océano. La velocidad de dichas inundaciones fue medida por el National Tidal Facility, un centro de investigación australiano. Resultado: el nivel sube entre 5,6mm y 8,2mm por año. ¿Pero qué significa para los habitantes de las islas Carteret?
Los primeros refugiados del cambio climático
Para ellos, las consecuencias del cambio son drásticas y les obliga a abandonar su país para instalarse en otro lugar. Para evitar esta última solución, intentan luchar para impedir la sumersión. Los insulares construyen paredes y plantan manglares, sin éxito. La evacuación total empezó hace cinco años y los pronósticos de los científicos más pesimistas revelan que las islas Carteret desaparecerán completamente bajo el agua este verano. De esta manera, paradójicamente, un centenar de personas con una de las huellas ecológicas más bajas del mundo, se convierte en los primeros refugiados del cambio climático.
Fue precisamente la elevación del nivel del mar lo que les obligó a refugiarse en otro lugar. ¿De dónde viene este cambio? Está directamente vinculado al calentamiento global. Pero más allá del deshielo de los glaciares continentales, las leyes de dilatación térmica, unas simples leyes físicas, son el origen de tal desarrollo. Concretamente, a causa de la temperatura elevada de los océanos, las moléculas de agua se agitan más y se alejan las unas de las otras: el volumen del agua crece, el nivel del mar sube. Por lo tanto, una población entera pierde su territorio.
Tuvalu y la lucha contra el nivel del mar
Al este de las islas Carteret, la lucha contra la inundación sigue en pie: el archipiélago polinesio de Tuvalu organiza una campaña global para que su situación precaria no caiga en el olvido. El Proyecto 10.000, tiene como objetivo la realización de una entrevista y de una foto de cada uno de los diez mil habitantes de esta pequeña nación. Los resultados serán expuestos en todo el mundo; el proyecto busca promover el conocimiento y la comprensión de los efectos del calentamiento global. Simultáneamente, los organizadores toman medidas en Tuvalu: reparan el sistema de distribución de agua, el cual fue destruido por el agua salada, y plantan manglares, que ayudan a frenar la erosión.
Obtener la atención internacional
El Proyecto 10.000 no ha sido la única acción tomada por los insulares del Pacífico: en el 2011, el tema estuvo incluso presente en la ceremonia de los Oscars: la obra Sun Comes Up casi obtuvo el Academy Award por el mejor documental. La película acompaña los habitantes de las Islas Carteret en su viaje, en busca de una nueva patria.
El año pasado, durante la cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, la joven escritora marshalés Kathy Jetnil-Kijiner llamó a la acción con un poema dirigido a su hija. Incitó a la conservación de las islas para las próximas generaciones. La autora está al tanto de los efectos de las inundaciones. Algunos días después de la cumbre, escribió en su blog: “El viernes pasado, recibíamos una alerta de marea alta a las cinco de la tarde. Lo que debía ser una simple marea alta se transformó en movimientos y ondas gigantes pasando arriba de los muelles, inundando y dañando las casas y las calles”.
Aunque todas estas historias acerca de los archipiélagos del Pacífico aparenten estar muy lejos de nuestro mundo, están más cerca de lo que pensamos: cada vez que visitamos una página web de una cadena de televisión con el dominio .tv, se trata de una página alquilada a una empresa televisiva por el gobierno de Tuvalu. Lo que se hará con este dominio cuando Tuvalu esté bajo el océano, será una cuestión legal muy compleja. Noataga, un pescador de Tuvalu, nos pidió algo muy sencillo: “Amo la vida en esta isla. Pasar mi vida y morir aquí es mi sueño. Por favor, haga este sueño realidad”.